Hasta este viernes Central hacía “agua”, luego del juego con Sionista fue “hundido”. El team de Gualeguaychú vive su hora más crítica. No le quedan opciones que ganar los tres compromisos que le restan y evaluar otros resultados para salvarse del descenso. Los de Paraná no tuvieron piedad durante el juego y sí al cabo de la victoria por 75 a 67 festejaron poco y respetaron el pesar de sus coprovincianos que se retiraron silbados e insultados por su propia gente. Lo de Ale Zilli (Foto) fue magnífico.
Fueron pocos los aplausos, muy pocos los gestos de tolerancia hacia los hombres de Guastavino. Abundaron los reproches en varios pasajes del juego. Recriminaciones que tuvieron como especial blanco al coach, incrementándose el sonido y rigor de los reclamos en los tres minutos finales cuando Sionista terminó de consolidar su primera victoria en feudo ajeno tras 14 fechas sin alegrías fuera de Paraná.
Central había jugado un primer tiempo satisfactorio, pero en el segundo se cayó por completo dando muestras que hay una fractura indisimulable en el grupo y que el bajón anímico y la perdida de confianza son abrumadores.
El “Rojinegro” está harto comprometido, a un paso de perder la categoría.
Dividido en dos
El primer tiempo fue de Central, que defendió muy bien, cortó los caminos de gol del equipo de Paraná y dejó que solamente Alejandro Zilli fuera el responsable de lastimar internamente, poniendo mayor celo en la línea externa donde tuvo cierta incidencia Antwon Hall.
En ataque movió el balón con inteligencia, sin ser brillante encontró respuestas en Kevin Sowell (Foto Inf. Prensa C.E.) y Jamaal Jonson de afuera hacia adentro y en Sebastián Cabello bajo las tablas para tomar la primera diferencia.
El 20-14 reflejaba justicia pues el anfitrión jugaba mejor dentro de un trámite impreciso, plagado de errores y de ansiedad.
Anulados Juan Cantero y Mariano Byro afuera, alejado de la pelota Mike Robinson con una defensa sobresaliente de Fernando Malara, y con el Sebas Cabello más Fernando Martina siendo rigurosos en la zona baja, Sionista no encontró espacios suficientes ante el aro contrario.
Apagado también Ale Burgos, solo chispazos de Zilli y Hall más una óptima irrupción de Pablo Jaworski mantuvieron a los paranaenses con una brecha no tan remarcada pese a las sí positivas respuestas ofensivas de un Central menos vertiginoso, que rotó goles de sus dos foráneos, Cabello y Martina turnándose para ganar adentro, más Sebastián Vega, Juan Cangelosi y Gastón Torre tributando intensas energías perimetrales extras.
Los de la Perla del Sur se fueron al descanso largo 40 a 30 arriba, diferencia (supo ser mayor de 13) que invitaba a poder ilusionarse con un triunfo, porque el equipo había respondido a las expectativas y se podía soñar con una muy anhelada y necesaria victoria frente a un rival que ratificada sus dificultades para jugar de visitante.
Lo que nadie se imaginaba era como se caería a pedazos el team de Guastavino en todo sentido.
Fue como si en el vestuario sus jugadores se hubieran metido en un jacuzzi, o en un sauna y reingresaran totalmente relajados ante un oponente que cambió a su vez la fisonomía y salió a la cancha dispuesto a vender cara la derrota.
Realmente, en los primeros segundos parecía que Sionista era el equipo urgido por ganar a cualquier costo y que Central se había relajado en extremo.
Svetliza planteó una zona que sus dirigidos la cumplieron a la perfección. La defensa presentó riesgos a su oponente, pero este no supo usufructuarlos y con un accionar anárquico, fuera de todo libreto, desesperado, chocó una y otra vez con la ejemplar firmeza de un rival sagaz, astuto, el cual asimismo en cada reacción ofensiva fue progresivamente hiriendo de muerte a los locales.
Guastavino probó distintas variantes y no logró respuestas, solo profundizó malestares y con un sobrio manejo de Juan Cantero desde la base y con el Gran Capitán Zilli como abanderado Sionista primero empardó y luego dio la estocada final para cimentar la a la postre victoria.
En un abrir y cerrar de ojos, aprovechando todos los errores que Central cometió en ataque, Sionista se fue escapando y Central nunca pudo volver a colocarse en juego, tanto por mérito admirable del rival como por defecto espantoso propio. Así, Sionista sacó hasta 12 puntos de luz, provocando que fluya desde distintos sectores la impotencia y la bronca del público, quebrando aún más anímicamente a este equipo y cuerpo técnico totalmente perdidos en un abismo insondable.
El 21-9 a favor de los capitalinos exime de mayor comentario respecto a lo sucedido cumplida la media hora.
Fue tanto el rechazo de la gente que inicialmente algunos intentaron agarrársela con los árbitros, pero finalmente el estadio se repartió entre abucheos al entrenador y un par de jugadores, y el resto presenció en silencio, totalmente resignado, la conclusión de un cuarto que tuvo como verdugo a un Dani Hure letal de Tres, desencadenando restando 4 minutos un nuevo resultado en negativo para Central. Peor aún… Una nueva derrota que lo dejó al “Rojinegro”, desesperado, casi descendido y dependiente de un milagro.
Encomiable lo del equipo paranaense que aún sacándose la mufa de no poder ganar afuera durante tanto tiempo, no exteriorizó su alegría y se sumó al pesar de sus coprovincianos, estrechándose cada jugador del Centro Juventud con sus colegas, tratando de alguna manera paliar el pésimo momento sus hasta minutos atrás acérrimos rivales.
Central se quedó en su convulsionada ciudad. Sionista viaja a San Nicolás ya seguro de no sufrir desgracia alguna respecto a la categoría para el 2008/09, con la misión de reubicarse posicionalmente lo mas arriba posible y tras el sueño de cristalizar su primer fin de semana afuera de la capital, exitoso por completo.
Fueron pocos los aplausos, muy pocos los gestos de tolerancia hacia los hombres de Guastavino. Abundaron los reproches en varios pasajes del juego. Recriminaciones que tuvieron como especial blanco al coach, incrementándose el sonido y rigor de los reclamos en los tres minutos finales cuando Sionista terminó de consolidar su primera victoria en feudo ajeno tras 14 fechas sin alegrías fuera de Paraná.
Central había jugado un primer tiempo satisfactorio, pero en el segundo se cayó por completo dando muestras que hay una fractura indisimulable en el grupo y que el bajón anímico y la perdida de confianza son abrumadores.
El “Rojinegro” está harto comprometido, a un paso de perder la categoría.
Dividido en dos
El primer tiempo fue de Central, que defendió muy bien, cortó los caminos de gol del equipo de Paraná y dejó que solamente Alejandro Zilli fuera el responsable de lastimar internamente, poniendo mayor celo en la línea externa donde tuvo cierta incidencia Antwon Hall.
En ataque movió el balón con inteligencia, sin ser brillante encontró respuestas en Kevin Sowell (Foto Inf. Prensa C.E.) y Jamaal Jonson de afuera hacia adentro y en Sebastián Cabello bajo las tablas para tomar la primera diferencia.
El 20-14 reflejaba justicia pues el anfitrión jugaba mejor dentro de un trámite impreciso, plagado de errores y de ansiedad.
Anulados Juan Cantero y Mariano Byro afuera, alejado de la pelota Mike Robinson con una defensa sobresaliente de Fernando Malara, y con el Sebas Cabello más Fernando Martina siendo rigurosos en la zona baja, Sionista no encontró espacios suficientes ante el aro contrario.
Apagado también Ale Burgos, solo chispazos de Zilli y Hall más una óptima irrupción de Pablo Jaworski mantuvieron a los paranaenses con una brecha no tan remarcada pese a las sí positivas respuestas ofensivas de un Central menos vertiginoso, que rotó goles de sus dos foráneos, Cabello y Martina turnándose para ganar adentro, más Sebastián Vega, Juan Cangelosi y Gastón Torre tributando intensas energías perimetrales extras.
Los de la Perla del Sur se fueron al descanso largo 40 a 30 arriba, diferencia (supo ser mayor de 13) que invitaba a poder ilusionarse con un triunfo, porque el equipo había respondido a las expectativas y se podía soñar con una muy anhelada y necesaria victoria frente a un rival que ratificada sus dificultades para jugar de visitante.
Lo que nadie se imaginaba era como se caería a pedazos el team de Guastavino en todo sentido.
Fue como si en el vestuario sus jugadores se hubieran metido en un jacuzzi, o en un sauna y reingresaran totalmente relajados ante un oponente que cambió a su vez la fisonomía y salió a la cancha dispuesto a vender cara la derrota.
Realmente, en los primeros segundos parecía que Sionista era el equipo urgido por ganar a cualquier costo y que Central se había relajado en extremo.
Svetliza planteó una zona que sus dirigidos la cumplieron a la perfección. La defensa presentó riesgos a su oponente, pero este no supo usufructuarlos y con un accionar anárquico, fuera de todo libreto, desesperado, chocó una y otra vez con la ejemplar firmeza de un rival sagaz, astuto, el cual asimismo en cada reacción ofensiva fue progresivamente hiriendo de muerte a los locales.
Guastavino probó distintas variantes y no logró respuestas, solo profundizó malestares y con un sobrio manejo de Juan Cantero desde la base y con el Gran Capitán Zilli como abanderado Sionista primero empardó y luego dio la estocada final para cimentar la a la postre victoria.
En un abrir y cerrar de ojos, aprovechando todos los errores que Central cometió en ataque, Sionista se fue escapando y Central nunca pudo volver a colocarse en juego, tanto por mérito admirable del rival como por defecto espantoso propio. Así, Sionista sacó hasta 12 puntos de luz, provocando que fluya desde distintos sectores la impotencia y la bronca del público, quebrando aún más anímicamente a este equipo y cuerpo técnico totalmente perdidos en un abismo insondable.
El 21-9 a favor de los capitalinos exime de mayor comentario respecto a lo sucedido cumplida la media hora.
Fue tanto el rechazo de la gente que inicialmente algunos intentaron agarrársela con los árbitros, pero finalmente el estadio se repartió entre abucheos al entrenador y un par de jugadores, y el resto presenció en silencio, totalmente resignado, la conclusión de un cuarto que tuvo como verdugo a un Dani Hure letal de Tres, desencadenando restando 4 minutos un nuevo resultado en negativo para Central. Peor aún… Una nueva derrota que lo dejó al “Rojinegro”, desesperado, casi descendido y dependiente de un milagro.
Encomiable lo del equipo paranaense que aún sacándose la mufa de no poder ganar afuera durante tanto tiempo, no exteriorizó su alegría y se sumó al pesar de sus coprovincianos, estrechándose cada jugador del Centro Juventud con sus colegas, tratando de alguna manera paliar el pésimo momento sus hasta minutos atrás acérrimos rivales.
Central se quedó en su convulsionada ciudad. Sionista viaja a San Nicolás ya seguro de no sufrir desgracia alguna respecto a la categoría para el 2008/09, con la misión de reubicarse posicionalmente lo mas arriba posible y tras el sueño de cristalizar su primer fin de semana afuera de la capital, exitoso por completo.
|