martes, 12 de febrero de 2008

TNA: Echagüe y su abrupto paso de las carcajadas y la sorna a la bronca

Noche de básquet en el “Butta” y en el “Flesler”, noche de fútbol en el “Grella”. De corazón, sinceramente, uno pensó que cada escenario perdería en algún aspecto el marco habitual de aficionados concurrentes; sin embargo, cada cancha tuvo sus fieles adeptos y los que fueron al Gigante de calle 25 de Mayo a ofrecer su corazón en la mano para colmar el Alma de felicidad y fortalecer su Esperanza disfrutaron de casi media hora de euforia y padecieron una nueva frustración. Fue otra despedida tensa, angustiosa, decepcionante, pero algunos (los más…) no resignaron la ilusión. Entérese por qué…

Echagüe perdió otro juego de manera tan increíble como inconcebible, agravado porque el puntero, Alma Juniors de Esperanza, jugó muy lejos de lo que puede otorgar precisamente un líder y si este equipo es el que reina en el TNA, Mamma Mía… Qué mal estamos…
Salvo un necio, o un soberbio en su postura más terca puede alegar que el team esperancino hizo méritos -basquetbolísticos- suficientes como para alzarse con los dos puntos y conservar incólume el nº 1.
Actitud le sobró, es real. Vigor y rigor, no le faltaron. Persistencia o paciencia para no bajar los brazos fueron cualidades indiscutibles. Pero volumen de juego, claridad conceptual, orden estratégico???... Ni ahí…
Alma fue un conglomerado de voluntades, nada más que eso; siendo -aparte de los atributos psicofísicos- su eficacia en Libres lo más encomiable con la pelota en manos, ya que sus porcentuales de Cancha fueron discretos y las 21 pérdidas nos eximen de profundizar el análisis sobre su performance.

Antes del mal pase de Leopoldo Ruiz Moreno como de la quizás un tanto pasiva recepción de Santiago Vesco para arribarse así a un suplementario impensado, hubo pasajes que generaron sana satisfacción en algunos como gestos socarrones, irónicos de otros que no callaron los “¿y ahora que dirá la prensa?... ¿Che que los periodistas ahora hablen bien que somos punteros?... ¿Qué van a decir de De Cecco?... ¡ Vieron que el problema era Carruthers ¡… ¿Por qué no le pegan a Sionista que está de la mitad para abajo y se dejan de joder con nosotros que ya somos el 1?... “; algunos conceptos altisonantes de esos imbéciles que para colmo fueron los mismos que semanas atrás insultaron al Pipi, a Leo y al mismo DT o que ovacionaron solamente a Barberis.
Pero en realidad, esa presunción, ese engreimiento, partía desde adentro donde cuando la diferencia fue amplia -producto indudablemente de un lapso muy aproximado a lo ideal-, hubo choque de pechos, muecas de revanchismo, modos de festejo grandilocuentes quizás realizados sin mala intención y con el mero objeto de “autoexcitarse”.

Y en cierta forma la excitación era contagiosa porque como pocas veces Echagüe se tocaba la bola con una dinámica próxima a la perfección, pero no solo se pasaban la pelota sino que quienes no la poseían rotaban posiciones, intentaban cortinar, creaban espacios solidaria y sagazmente.
Y esos movimientos, sumados a desacoples defensivos visitantes, gestaron brechas para tomar lanzamientos por las manos mas adecuadas.
De ese modo Echagüe supo estar arriba -y con holgura- por su juego simple y eficaz frente al aro contrario, por su tenaz defensa que negó los mejores ángulos y a su vez al atacar de modo contundente no entregó tantos desequilibrios en la conversión como en las noches más fatídicas.
Y si bien el primer cuarto fue parejo o en el tercero hubo una luz de alerta nadie se imaginó que se precipitaría un final absurdo, de nuevo, en su propio feudo, perdiendo exclusivamente por fallas propias.

Echagüe no había brindado síntomas de haber robustecido libreto alguno, o que se había enmendado la partitura con notas de otro color. Simplemente los músicos ejecutaron una partitura sincronizada, evidenciando toda su calidad (que nunca se puso en discusión) y con un despliegue que echaba por tierra problemas “de oxígeno”.
Ahora bien, una vez más las mentes se enturbiaron en el epílogo. La claridad de ideas, concepciones y/o realizaciones desapareció dando lugar a acciones enredadas, confusas, como si las cabecitas (al menos las de quienes más talento y oficio tienen) de pronto se obnubilaron.
Y mantenemos firme la apreciación… Cada uno lo sabe perfectamente y solo un testarudo, un porfiado no lo ve, que no es la primera vez. ¿Cuántas definiciones así ya se van perdiendo?... o hasta, ¿cuántos partidos se terminó ganando cortando alambres con …… tras haber apabullado a ese rival durante la mayor parte del cotejo?. Ya no es novedad que algo ocurre con los epílogos y con figuras de muchos años, de muchas batallas, de muchas guerras, suena tan raro, tan asombroso como inaudito.
¿Cuántas veces (desde la pretemporada lo hemos reafirmado ya persistentemente) debemos aclarar que nadie objeta la jerarquía de las individualidades de Echagüe sino que hemos “atacado” la falta de sistemas tendientes a liberar a esos elementos justamente claves, como sugerimos una preparación atlética adaptada al promedio de edad del plantel?.
Pero peor aún… ¿Puede ser que se repitan estas salidas falsas como la previa al acceso al suplementario?... ¿No hubo una directiva distinta?... ¿O es que los jugadores hacen y deshacen como quieren?.

Se habló mucho rumbo a la puerta de salida del club sobre la resolución de Vesco. ¿Pero cómo se puede endilgar al “Pipi” que tiró para ganar?.. ¿Y si la metía?... Yo les cuento lo que pasaba… Santiaguito era el ídolo y se hubiera hablado que “emuló al Legendario Aníbal, bla, bla, bla….”. Y sobre las malas clausuras no se hubiera dicho nada, o poco, como en sí la mayoría de los medios aplicó conceptos “light” y casi nadie formuló una revisión subjetiva y rotunda de los hechos como la que nuevamente estamos tributando desde LT 14 Digital.

Ahora bien… ¿Qué hacemos?... Es obvio que sin extranjero concedes notable handicap, aunque si sin Carruthers Echagüe desarrolló pasajes casi impecables y luego decayó abruptamente este no es un problema preponderante.
Contar con un foráneo garantido para pelear debajo de las tablas, y ser una opción válida para incrementar en líneas generales lo ofrecido por Pardal y Souto como a través del potente Barberis (a veces debe procurar no pasarse de rosca ya que no todas las bolas deben hacer estallar el aro con volcadas), será vital.
Sin embargo lo radical, lo substancial será o trabajar muy aplicadamente en la semana dotando de esquemas para salir sin tantos contratiempos, o encargarse el coach de pegar una buena lavada de cabeza si los hubiese y no se utilizaron vaya uno a saber por qué…

Ya en el tramo final de este balance, hay un aspecto que deberá tenerse muy en cuenta y es que -guste o no- algo pasa en cuanto al presunto deterioro con el correr de los minutos del rendimiento psicológico. Y decimos “presunto” (o hipotético) ya que no hemos escuchado hablar a nadie de ello y quizás estemos equivocados con la apreciación, pero si la conjetura no es válida imposible entonces resulta desconocer que algún corto circuito grave hay para repetirse tantos cierres nefastos.
No estaría mal que alguien ponga la cara y diga “sí, parte de razón hay en que nos estamos cayendo psicofísicamente con el correr del juego”.
La imagen que tenemos de Echagüe sobre los cierres es la de un equipo invadido por el estrés, que presionado para alcanzar el éxito se tensó tanto que de pronto cae en una relajación contraproducente, con brazos y piernas pesadas, en una distensión inapropiada y en la consiguiente pérdida de la concentración.
Cada epílogo es como que tira trastornos psicosomáticos, como que pierde el biorritmo adecuado.
Por eso es que creemos que si bien puede haber una cuota de incidencia compartida entre lo que el técnico quiere y lo que dedican los jugadores, el “Negro” precisa de una regeneración profunda en lo anímico. Diríamos una revitalización para poder enfrentarse a nuevos retos y deberes con mayor soltura, mediante una autoestima favorable.
Por lo expuesto no estaría mal para este plantel tan experimentado, apelar a un entrenamiento mental distinto para pensar positiva y constructivamente, fundamentalmente para mantener la calma y la concentración bajo presión en pos de resolver problemas.

Echagüe tiene materia prima para no sufrir tanto. Solo hay que aprovecharla con un argumento, con una trama que brinde mayores alternativas, y con intérpretes que sepan cuáles son sus límites para que el mismo técnico rote de modo distinto sus protagonismos en cancha en pos de arribar a los cierres ciento por ciento saludables mental y físicamente.

La ilusión no se pierde. Este Echagüe 2007/08; sí, este Echagüe aún puede pelear el Ascenso. Tiene pasta como para celebrar metas mas ambiciosas. Solamente resta que se las explote convenientemente y para eso hay que proceder con la suficiente determinación, y primordialmente con la humildad insoslayable para reconocer los errores incurridos como las carencias propendiendo a no perder más terreno a causa de negligencias propias.