Sin haber obtenido el título de “Periodista” o “Licenciado en Comunicación”, supe por estudios complementarios a mi rol como Docente-Bibliotecario, y luego logré aprehender entre 1986 y 1995 en EL DIARIO de Paraná -junto a un Profesor como Guillermo Alfieri-, que el periodismo cumple en la sociedad contemporánea tres roles marcados: informar, interpretar, opinar. Sobre la primera no me explayaré pues resulta obvio describir esta tarea.
La segunda vendría a ser un intento de hilar diversos hechos con diversos dichos y descubrir una tendencia.
Por su parte la opinión del periodismo es crítica, reflejando -por ejemplificar- la comparación entre un cuadro de situación, concreto, real y la situación ideal.
Una crítica vendría a ser una opinión bien fundamentada que plantea reflexiones, que expone impresiones sobre hechos concretos de la vida cotidiana sobre la base de una actitud metódica y analítica, echando muchas veces a la luz, circunstancias, factores o elementos desapercibidos, sosteniendo un punto de vista, arriesgándose a no coincidir con otras voces, y defendiendo una posición que en cierto modo pueda influir en el pensamiento de los demás.
Cualquier persona honesta sabe que la crítica es, muchas veces, la simple expresión de un gusto personal, donde la disposición (buena o mala) juega un papel que no puede ser despreciado.
En el proceso informativo, debe regir de modo insoslayable una ética central que es la veracidad. Pero en la interpretación y la crítica, debe imperar otra virtud, que es la honestidad intelectual, porque interpretar, criticar, opinar da por sentado que hay una subjetividad en juego. Por lo cual, es discutible.
Si la información fue veraz, es indiscutible: “Echagüe perdió en La Plata ante Gimnasia”, es una muestra… En la interpretación y, más aún, la crítica y la opinión, no gobierna ya la veracidad, lo verificable de lo que se está diciendo, pero sí la honestidad intelectual del que lo dice. Y el público va a leer un diario, va a escuchar la radio o va a ver un programa de televisión en actitud de credibilidad al periodista.
El pensamiento crítico se erige en una forma de pensar de manera responsable relacionada con la capacidad de emitir buenos juicios a partir del esfuerzo de interpretación, análisis, evaluación y deducción de las evidencias.
Se plasma ello mediante consideraciones conceptuales, contextuales y de criterios, en las que se fundamenta, involucrando toda la gama de posibles puntos de vista, sopesando las implicaciones, las consecuencias prácticas o los probables efectos correspondientes.
Y ya con mas de dos décadas en esta profesión deseo contagiar a mis colegas jóvenes en esto de razonar críticamente…Todo razonamiento tiene un propósito… Y a quien le interese el futuro de Echagüe, de Sionista, de Patronato debe aprender y propender a utilizar como herramienta periodística a la crítica en un intento de corregir los presuntos errores o carencias de estos “Embajadores” de nuestro deporte, debe aprender a separar la paja del trigo.
No olvidaré jamás mis disputas en Minibásquet con un formador de excelencia como Mauro Badano quien me decía al hacerme quedar después de práctica “el día que no me preocupe por vos, el día que no te exija más, preocupate… El día que todos hablen maravillas de vos y nadie te diga de frente estás equivocado, preocupate…”. ¡¡¡Cuánta razón tenía!!!...
Hoy relaciono estos dichos de ese Gran Maestro y me pregunto: ¿le interesa al periodismo de Paraná que Echagüe y Sionista mejoren?... ¿O es que si mañana Echagüe y Sionista no están, ellos seguirán hablando de squash, tejo, backgammon, o el Juego de la Oca?.
Me resulta inconcebible que no haya opinión y/o que los espacios después de un partido den lugar a una mera crónica “light” argumentándose que “no me dieron mas lugar…”, o “me pusieron un aviso antes de cerrar y tuve que poner solo 10 líneas…”, o “me apuraron en el cierre”…
¿Tan poco le interesa al periodismo de la capital entrerriano la coyuntura por la cual atraviesan el Centro Juventud y el AEC?...
¿O será que no hay ganas de laburar a conciencia, de inferir, de interpretar y por consiguiente de concluir, evitando así que tal o cual dirigente, tal o cual entrenador, tal o cual jugador se sientan molestos por la subjetividad manifiesta?...
Uno que trabajó casi 10 años en EL DIARIO, que fue Corresponsal primero y luego Director de la revista Solo Básquet conoce a la perfección la presión de los cierres… Pero… ¿Y al día siguiente?... ¿No se puede plasmar un Editorial?... ¿No se puede abordar coloquios profundos con los protagonistas y preguntar agudamente y no utilizar solo lo que los Jefes de Prensa de las entidades envían?...
¿Qué sucede en Paraná con el espíritu crítico?... ¿Hay miedo, o hay comodidad?... Buena pregunta para los directores de los medios, o los secretarios de redacción, quienes tal vez sean ellos mismos los que coartan la libertad de pensamiento, o ellos mismos no presten atención a que en sus medios no haya peso de opinión.
Y buena pregunta para quienes trabajan denodadamente por esos clubes y en sí por darle a nuestra ciudad una plaza en las máximas categorías del baloncesto profesional… ¿Prefieren tanto silencio y que se hable más de Patronato, de Palermo o de cualquier otra disciplina?... ¿No se dan cuenta de que los espacios son cada vez más ínfimos y pierden abismalmente terreno ante distintas actividades o sin ir más lejos ante lo que ocurra con Boca, River, Turismo Carretera, Tenis, etc, etc?...
¿Será que de Echagüe y Sionista se habla con algo de profundidad solo en las buenas, y en las malas debe regir el Silenzio Stampa o hasta la indiferencia?...
Tenemos egresados de la Escuela de Periodismo Deportivo, contamos con egresados de Casas de Altos Estudios en la materia en Capital Federal, todos ellos con “pasta de cracks” en estas lides, por lo tanto… ¿será que como dijo el querido Mauro Badano, en Echagüe y Sionista deberán preocuparse porque muy pocos le otorgan el espacio que merecen y casi nadie formula apreciaciones profundas sobre sus presentes?...
Qué triste, qué penosa es esta tendencia y cuánta bronca da esta particular forma de hacer periodismo “fácil”, ganando sueldos que cualquiera quisiera, sin necesidad de ir a golpear puertas pidiendo publicidad para transmitir, o cuando uno se sigue partiendo el lomo meramente por pasión, haciendo metafóricamente honor a la vieja remuneración del “sanguche y la coca”.
La segunda vendría a ser un intento de hilar diversos hechos con diversos dichos y descubrir una tendencia.
Por su parte la opinión del periodismo es crítica, reflejando -por ejemplificar- la comparación entre un cuadro de situación, concreto, real y la situación ideal.
Una crítica vendría a ser una opinión bien fundamentada que plantea reflexiones, que expone impresiones sobre hechos concretos de la vida cotidiana sobre la base de una actitud metódica y analítica, echando muchas veces a la luz, circunstancias, factores o elementos desapercibidos, sosteniendo un punto de vista, arriesgándose a no coincidir con otras voces, y defendiendo una posición que en cierto modo pueda influir en el pensamiento de los demás.
Cualquier persona honesta sabe que la crítica es, muchas veces, la simple expresión de un gusto personal, donde la disposición (buena o mala) juega un papel que no puede ser despreciado.
En el proceso informativo, debe regir de modo insoslayable una ética central que es la veracidad. Pero en la interpretación y la crítica, debe imperar otra virtud, que es la honestidad intelectual, porque interpretar, criticar, opinar da por sentado que hay una subjetividad en juego. Por lo cual, es discutible.
Si la información fue veraz, es indiscutible: “Echagüe perdió en La Plata ante Gimnasia”, es una muestra… En la interpretación y, más aún, la crítica y la opinión, no gobierna ya la veracidad, lo verificable de lo que se está diciendo, pero sí la honestidad intelectual del que lo dice. Y el público va a leer un diario, va a escuchar la radio o va a ver un programa de televisión en actitud de credibilidad al periodista.
El pensamiento crítico se erige en una forma de pensar de manera responsable relacionada con la capacidad de emitir buenos juicios a partir del esfuerzo de interpretación, análisis, evaluación y deducción de las evidencias.
Se plasma ello mediante consideraciones conceptuales, contextuales y de criterios, en las que se fundamenta, involucrando toda la gama de posibles puntos de vista, sopesando las implicaciones, las consecuencias prácticas o los probables efectos correspondientes.
Y ya con mas de dos décadas en esta profesión deseo contagiar a mis colegas jóvenes en esto de razonar críticamente…Todo razonamiento tiene un propósito… Y a quien le interese el futuro de Echagüe, de Sionista, de Patronato debe aprender y propender a utilizar como herramienta periodística a la crítica en un intento de corregir los presuntos errores o carencias de estos “Embajadores” de nuestro deporte, debe aprender a separar la paja del trigo.
No olvidaré jamás mis disputas en Minibásquet con un formador de excelencia como Mauro Badano quien me decía al hacerme quedar después de práctica “el día que no me preocupe por vos, el día que no te exija más, preocupate… El día que todos hablen maravillas de vos y nadie te diga de frente estás equivocado, preocupate…”. ¡¡¡Cuánta razón tenía!!!...
Hoy relaciono estos dichos de ese Gran Maestro y me pregunto: ¿le interesa al periodismo de Paraná que Echagüe y Sionista mejoren?... ¿O es que si mañana Echagüe y Sionista no están, ellos seguirán hablando de squash, tejo, backgammon, o el Juego de la Oca?.
Me resulta inconcebible que no haya opinión y/o que los espacios después de un partido den lugar a una mera crónica “light” argumentándose que “no me dieron mas lugar…”, o “me pusieron un aviso antes de cerrar y tuve que poner solo 10 líneas…”, o “me apuraron en el cierre”…
¿Tan poco le interesa al periodismo de la capital entrerriano la coyuntura por la cual atraviesan el Centro Juventud y el AEC?...
¿O será que no hay ganas de laburar a conciencia, de inferir, de interpretar y por consiguiente de concluir, evitando así que tal o cual dirigente, tal o cual entrenador, tal o cual jugador se sientan molestos por la subjetividad manifiesta?...
Uno que trabajó casi 10 años en EL DIARIO, que fue Corresponsal primero y luego Director de la revista Solo Básquet conoce a la perfección la presión de los cierres… Pero… ¿Y al día siguiente?... ¿No se puede plasmar un Editorial?... ¿No se puede abordar coloquios profundos con los protagonistas y preguntar agudamente y no utilizar solo lo que los Jefes de Prensa de las entidades envían?...
¿Qué sucede en Paraná con el espíritu crítico?... ¿Hay miedo, o hay comodidad?... Buena pregunta para los directores de los medios, o los secretarios de redacción, quienes tal vez sean ellos mismos los que coartan la libertad de pensamiento, o ellos mismos no presten atención a que en sus medios no haya peso de opinión.
Y buena pregunta para quienes trabajan denodadamente por esos clubes y en sí por darle a nuestra ciudad una plaza en las máximas categorías del baloncesto profesional… ¿Prefieren tanto silencio y que se hable más de Patronato, de Palermo o de cualquier otra disciplina?... ¿No se dan cuenta de que los espacios son cada vez más ínfimos y pierden abismalmente terreno ante distintas actividades o sin ir más lejos ante lo que ocurra con Boca, River, Turismo Carretera, Tenis, etc, etc?...
¿Será que de Echagüe y Sionista se habla con algo de profundidad solo en las buenas, y en las malas debe regir el Silenzio Stampa o hasta la indiferencia?...
Tenemos egresados de la Escuela de Periodismo Deportivo, contamos con egresados de Casas de Altos Estudios en la materia en Capital Federal, todos ellos con “pasta de cracks” en estas lides, por lo tanto… ¿será que como dijo el querido Mauro Badano, en Echagüe y Sionista deberán preocuparse porque muy pocos le otorgan el espacio que merecen y casi nadie formula apreciaciones profundas sobre sus presentes?...
Qué triste, qué penosa es esta tendencia y cuánta bronca da esta particular forma de hacer periodismo “fácil”, ganando sueldos que cualquiera quisiera, sin necesidad de ir a golpear puertas pidiendo publicidad para transmitir, o cuando uno se sigue partiendo el lomo meramente por pasión, haciendo metafóricamente honor a la vieja remuneración del “sanguche y la coca”.
|