En básquet se sabe que los procesos pueden explotar de un día para el otro o llevar hasta una temporada, y por calle 25 de Mayo la fe, la esperanza son factores esenciales para no haber bajado los brazos ya hace varios años. Pero sí; evidentemente que hacen falta cambios, variantes extremas para otorgar un clima diferente pues Echagüe no tiene conceptos basquetbolísticos fluidos. Hoy, Sebastián Pardal (foto) por lejos es el MVP del equipo.
Lo del “Negro” de Paraná es pura intención, inspiración y brillo individual. Sobre el parqué se ve -solo en las buenas- un grupo de jugadores que dialogan, que se hablan, que se incentivan.
En las malas, las caras son de desorientación, de confusión, apesadumbradas. Handicap elevado para cualquier adversario.
Es evidente que hay un problema concreto y felizmente solo es por ráfagas pues de lo contrario estaría cómodo último. Más allá que lo intenten disimular con frases armadas, y sin meternos en las relaciones íntimas “extra basquetbolísticas”, hay un cortocircuito entre lo que pretende el coach y lo que deciden los jugadores. Y una vez más, Echagüe deberá luchar en el TNA-2 o sea por dar vuelta la historia y pelear el Ascenso y al mismo tiempo cargando una pesada mochila como lo es el discutir la Permanencia.
Pero no todo pasa por los jugadores... Le hemos pedido al equipo regularidad, equilibrio, pero también desde el banco deben aparecer las soluciones a los malos momentos, las determinaciones, las decisiones que posibiliten variar rumbos equivocados.
Más grave aún... Hay pasajes en los que determinados valores recuperan la confianza y, o no se les pasa más la bola, o se los saca buscando vaya uno a saber por qué.
Ejemplos sobran, pero el mas contundente es el del extranjero o el de los extranjeros ya que lo que hoy sucede con Kenya Carruthers es lo mismo que le ocurrió a Manny Cliffton.
Por alguna razón que desconocemos y de la que hablar parece tabú, no existen -al menos que se vean claramente- opciones tendientes a fabricar espacios y/o ángulos para que defina el foráneo. O peor todavía es que sea Cliffton en su momento o KC ahora tengan que generar un lugar apropiado de conversión y deban repetitivamente pedir la pelota recibiéndola solo en acciones o sistemas que deriven en definiciones de otro compañero.
Carruthers en Marcos Juárez tuvo que rebuscársela casi solo para anotar sus 24 puntos y eso debería causar preocupación ya que estamos en la misma del anterior foráneo. Y si uno piensa con coherencia debe sí o sí someterse al dicho “cuando uno se quema con leche, ve una vaca y llora… “. Ahora bien, si a KC le pasa lo mismo que a Cliffton, o sea, no le pasan la bola, ¿qué pasa…?.
Y bien vale enfatizarlo defendiendo en esta al DT… Lo hemos visto y escuchado –palabras mas palabras menos…- “pasenle la bola al Negro”… Y salvo algunos intentos de Vesco, o de Pardal, luego NADIE se la pasa como para atacar el tablero en condiciones favorables y no mediante empellones de uno contra dos o hasta uno contra tres.
No puede soslayarse la pregunta (casi absurda) entonces: ¿será que Echagüe -de acuerdo a su presupuesto- no quiere un americano que quite protagonismo a tal o cual nacional?. La respuesta debería tener un tajante NO, pero uno ya no sabe por ahí que pensar.
Y de última, no nos cansamos de acentuarlo: si estás a cargo de un plantel y pedís -dentro de factibilidades económicas lógicas- un foráneo “fiable”, que posea aptitudes intrínsecas a lo que necesita de él tu equipo y no te dan bola, o hacés el bolsito y te vas o generás opciones para que lo que te dieron rinda de modo mas favorable.
La situación con Carruthers es clara. De la forma en que lo están haciendo jugar tiene ticket reservado para retornar a los EE.UU., no hay duda. Pero persiste la pregunta: ¿Y si empezamos a ver que se le da mayor intervención al moreno?.
No coincidimos en que “no sea el foráneo ideal” como varios colegas y hasta jugadores han aseverado. Vemos sí, es real, que hay algo muy raro entre el KC de Marcos Juárez y el de este viernes. Algo pasa; ¿qué?, no lo sabemos aunque nos perturba el pensar que sea un capricho esto de no darle la bola “porque sí”.
No cabe la menor duda que la última palabra la tiene el técnico, pero no olvidemos que si bien lo de KC es uno de los temas a solucionar cuanto antes, fue él quien avaló su llegada como la de Manny, o al mismo tiempo fue el coach quien seleccionó un plantel que aparenta jugar por momentos muy diferente a lo que se entrena y/o se pretende desde las directivas del entrenador.
Conducción... Palabra adecuada. Liderazgo, dentro y fuera, son vitales. Ya lo expresamos en otras circunstancias similares… Todo planteo, toda táctica tiene sus intérpretes y sus compositores.
Desde el comienzo de la temporada la obra o el repertorio de Echagüe registra un elocuente cortocircuito entre el director y sus ejecutantes, por lo que a veces suena fantástica y otra sus acordes son o bien desafinados o lisa y llanamente no suena correctamente, no gusta.
Nadie niega que se practica, se trabaja en la semana sobre las virtudes, defectos y urgencias propias, pero de pronto -en distintos partidos- irrumpieron las ambiciones “protagónicas” desmedidas en materia individual (como las capacidades del rival) sucumbiendo sin atenuantes.
Algo pasa, y eso lo saben en el seno íntimo plantel y cuerpo técnico. Algunos no se lo explican y hasta optan por enojarse con la prensa porque uno ve (y ha escuchado) que algo no funciona desde hace rato mas allá de felices chispazos, pero es indisimulable la emergencia.
Echagüe carece de una personalidad firme, regular, de una mentalidad mas consistente y en medio de un partido es como un león que devora todo lo que se le presenta en el camino, y de pronto pasa a ser más frágil que un colibrí.
A lo largo de toda ésta 1ª Fase las intermitencias fueron el Talón de Aquiles de éste equipo.
La defensa fue apremiante solo en ráfagas, al igual que infrecuente fue la disposición de ofensivas sabias, eligiendo y alimentando las mejores manos, despojándose de egoísmos o intenciones individuales salvadoras, como los ritmos, los tiempos para ejercitar el método que más réditos le dio: el contrgaolpe.
Ha pasado toda una Fase y poco ha cambiado; o para ser justo... Hay pasajes en los que se aprecian síntomas de mejoría y luego todo se diluye como a propósito.
Lo mencionamos renglones arriba, su técnico eligió éstos hombres. No se los impusieron. Ningún dirigente “le armó” el plantel al entrenador salteño radicado en Santa Fe desde hace dos décadas.
Por consecuencia, esto es lo que él pergeñó y sorprende que en 13 fechas el libreto por él diseñado no sea aplicado debidamente por sus dirigidos y que todo se limite a correr, o a penetrar tozudamente y descargar, o a aspirar que “Súper Pardal” solucione todo abajo.
Sabido es que todo plantel nuevo requiere de un proceso y nadie discute ello. Lo que preocupa es ver solo atisbos. Tan tenues como irregulares muestras de incipiente amalgama. Más grave aún que en el equipo haya hombres de notable experiencia, de indudable madurez como de indiscutible talento y que sin embargo haya costado notoriamente hallar la química apropiada.
Echagüe históricamente ha luchado por metas casi imposibles y supo ganar en condiciones ostensiblemente desfavorables. Este Modelo 2007/08 ha tirado síntomas de lograr cumplimentar objetivos más ambiciosos que mantener la categoría, pero lo hizo por rachas, con altibajos pronunciados, consiguiendo sucesivas series positivas, aunque con mucho o mejor dicho demasiado sufrimiento al repetir una y otra noche más, fallas que se evidencian desde el mismo debut.
Nada está perdido aún, sabemos que lucha habrá, que entrega sobrará, pero un equipo de tanto talento o tanto oficio junto, compensado con valores jóvenes poseedores de un hambre de gloria elogiable, debería ya tener a esta altura otra fisonomía estratégica y no caer en la adversidad más por defecto o carencia propia que virtud ajena.
Para ello la autocrítica es imprescindible, insoslayable y la misma incluye al técnico y a la dirigencia para abocarse a adoptar resoluciones que otorguen nuevos aires en el seno del equipo, decisiones que reviertan éste panorama, caiga quien caiga.
Por ello, sin contemplaciones, hay que “cortar” de una buena vez ésta coyuntura. Alguien tiene que tomar medidas drásticas para propender a un cambio de “clima”.
Es injusto mitigar un revés hablando solamente de que los jugadores no pusieron concentración, garra, actitud o no se tiraron al piso por una pelota. Es muy visible, y paradójicamente pocos “entendidos” lo dicen, que Echagüe dista muchísimo de tener una “idea”, de contar con planteos estratégicos elaborados.
Es evidente que -clasificado o no al TNA1- si se esperan metas superiores, hace falta mejorar el libreto y una aplicación del mismo a rajatabla.
Echagüe precisa cambiar, queda en manos de la dirigencia el saber cual y/o cuales es/son los fusibles para generar nueva iluminación en medio de una posibilidad concreta de padecer un apagón total.
Lo del “Negro” de Paraná es pura intención, inspiración y brillo individual. Sobre el parqué se ve -solo en las buenas- un grupo de jugadores que dialogan, que se hablan, que se incentivan.
En las malas, las caras son de desorientación, de confusión, apesadumbradas. Handicap elevado para cualquier adversario.
Es evidente que hay un problema concreto y felizmente solo es por ráfagas pues de lo contrario estaría cómodo último. Más allá que lo intenten disimular con frases armadas, y sin meternos en las relaciones íntimas “extra basquetbolísticas”, hay un cortocircuito entre lo que pretende el coach y lo que deciden los jugadores. Y una vez más, Echagüe deberá luchar en el TNA-2 o sea por dar vuelta la historia y pelear el Ascenso y al mismo tiempo cargando una pesada mochila como lo es el discutir la Permanencia.
Pero no todo pasa por los jugadores... Le hemos pedido al equipo regularidad, equilibrio, pero también desde el banco deben aparecer las soluciones a los malos momentos, las determinaciones, las decisiones que posibiliten variar rumbos equivocados.
Más grave aún... Hay pasajes en los que determinados valores recuperan la confianza y, o no se les pasa más la bola, o se los saca buscando vaya uno a saber por qué.
Ejemplos sobran, pero el mas contundente es el del extranjero o el de los extranjeros ya que lo que hoy sucede con Kenya Carruthers es lo mismo que le ocurrió a Manny Cliffton.
Por alguna razón que desconocemos y de la que hablar parece tabú, no existen -al menos que se vean claramente- opciones tendientes a fabricar espacios y/o ángulos para que defina el foráneo. O peor todavía es que sea Cliffton en su momento o KC ahora tengan que generar un lugar apropiado de conversión y deban repetitivamente pedir la pelota recibiéndola solo en acciones o sistemas que deriven en definiciones de otro compañero.
Carruthers en Marcos Juárez tuvo que rebuscársela casi solo para anotar sus 24 puntos y eso debería causar preocupación ya que estamos en la misma del anterior foráneo. Y si uno piensa con coherencia debe sí o sí someterse al dicho “cuando uno se quema con leche, ve una vaca y llora… “. Ahora bien, si a KC le pasa lo mismo que a Cliffton, o sea, no le pasan la bola, ¿qué pasa…?.
Y bien vale enfatizarlo defendiendo en esta al DT… Lo hemos visto y escuchado –palabras mas palabras menos…- “pasenle la bola al Negro”… Y salvo algunos intentos de Vesco, o de Pardal, luego NADIE se la pasa como para atacar el tablero en condiciones favorables y no mediante empellones de uno contra dos o hasta uno contra tres.
No puede soslayarse la pregunta (casi absurda) entonces: ¿será que Echagüe -de acuerdo a su presupuesto- no quiere un americano que quite protagonismo a tal o cual nacional?. La respuesta debería tener un tajante NO, pero uno ya no sabe por ahí que pensar.
Y de última, no nos cansamos de acentuarlo: si estás a cargo de un plantel y pedís -dentro de factibilidades económicas lógicas- un foráneo “fiable”, que posea aptitudes intrínsecas a lo que necesita de él tu equipo y no te dan bola, o hacés el bolsito y te vas o generás opciones para que lo que te dieron rinda de modo mas favorable.
La situación con Carruthers es clara. De la forma en que lo están haciendo jugar tiene ticket reservado para retornar a los EE.UU., no hay duda. Pero persiste la pregunta: ¿Y si empezamos a ver que se le da mayor intervención al moreno?.
No coincidimos en que “no sea el foráneo ideal” como varios colegas y hasta jugadores han aseverado. Vemos sí, es real, que hay algo muy raro entre el KC de Marcos Juárez y el de este viernes. Algo pasa; ¿qué?, no lo sabemos aunque nos perturba el pensar que sea un capricho esto de no darle la bola “porque sí”.
No cabe la menor duda que la última palabra la tiene el técnico, pero no olvidemos que si bien lo de KC es uno de los temas a solucionar cuanto antes, fue él quien avaló su llegada como la de Manny, o al mismo tiempo fue el coach quien seleccionó un plantel que aparenta jugar por momentos muy diferente a lo que se entrena y/o se pretende desde las directivas del entrenador.
Conducción... Palabra adecuada. Liderazgo, dentro y fuera, son vitales. Ya lo expresamos en otras circunstancias similares… Todo planteo, toda táctica tiene sus intérpretes y sus compositores.
Desde el comienzo de la temporada la obra o el repertorio de Echagüe registra un elocuente cortocircuito entre el director y sus ejecutantes, por lo que a veces suena fantástica y otra sus acordes son o bien desafinados o lisa y llanamente no suena correctamente, no gusta.
Nadie niega que se practica, se trabaja en la semana sobre las virtudes, defectos y urgencias propias, pero de pronto -en distintos partidos- irrumpieron las ambiciones “protagónicas” desmedidas en materia individual (como las capacidades del rival) sucumbiendo sin atenuantes.
Algo pasa, y eso lo saben en el seno íntimo plantel y cuerpo técnico. Algunos no se lo explican y hasta optan por enojarse con la prensa porque uno ve (y ha escuchado) que algo no funciona desde hace rato mas allá de felices chispazos, pero es indisimulable la emergencia.
Echagüe carece de una personalidad firme, regular, de una mentalidad mas consistente y en medio de un partido es como un león que devora todo lo que se le presenta en el camino, y de pronto pasa a ser más frágil que un colibrí.
A lo largo de toda ésta 1ª Fase las intermitencias fueron el Talón de Aquiles de éste equipo.
La defensa fue apremiante solo en ráfagas, al igual que infrecuente fue la disposición de ofensivas sabias, eligiendo y alimentando las mejores manos, despojándose de egoísmos o intenciones individuales salvadoras, como los ritmos, los tiempos para ejercitar el método que más réditos le dio: el contrgaolpe.
Ha pasado toda una Fase y poco ha cambiado; o para ser justo... Hay pasajes en los que se aprecian síntomas de mejoría y luego todo se diluye como a propósito.
Lo mencionamos renglones arriba, su técnico eligió éstos hombres. No se los impusieron. Ningún dirigente “le armó” el plantel al entrenador salteño radicado en Santa Fe desde hace dos décadas.
Por consecuencia, esto es lo que él pergeñó y sorprende que en 13 fechas el libreto por él diseñado no sea aplicado debidamente por sus dirigidos y que todo se limite a correr, o a penetrar tozudamente y descargar, o a aspirar que “Súper Pardal” solucione todo abajo.
Sabido es que todo plantel nuevo requiere de un proceso y nadie discute ello. Lo que preocupa es ver solo atisbos. Tan tenues como irregulares muestras de incipiente amalgama. Más grave aún que en el equipo haya hombres de notable experiencia, de indudable madurez como de indiscutible talento y que sin embargo haya costado notoriamente hallar la química apropiada.
Echagüe históricamente ha luchado por metas casi imposibles y supo ganar en condiciones ostensiblemente desfavorables. Este Modelo 2007/08 ha tirado síntomas de lograr cumplimentar objetivos más ambiciosos que mantener la categoría, pero lo hizo por rachas, con altibajos pronunciados, consiguiendo sucesivas series positivas, aunque con mucho o mejor dicho demasiado sufrimiento al repetir una y otra noche más, fallas que se evidencian desde el mismo debut.
Nada está perdido aún, sabemos que lucha habrá, que entrega sobrará, pero un equipo de tanto talento o tanto oficio junto, compensado con valores jóvenes poseedores de un hambre de gloria elogiable, debería ya tener a esta altura otra fisonomía estratégica y no caer en la adversidad más por defecto o carencia propia que virtud ajena.
Para ello la autocrítica es imprescindible, insoslayable y la misma incluye al técnico y a la dirigencia para abocarse a adoptar resoluciones que otorguen nuevos aires en el seno del equipo, decisiones que reviertan éste panorama, caiga quien caiga.
Por ello, sin contemplaciones, hay que “cortar” de una buena vez ésta coyuntura. Alguien tiene que tomar medidas drásticas para propender a un cambio de “clima”.
Es injusto mitigar un revés hablando solamente de que los jugadores no pusieron concentración, garra, actitud o no se tiraron al piso por una pelota. Es muy visible, y paradójicamente pocos “entendidos” lo dicen, que Echagüe dista muchísimo de tener una “idea”, de contar con planteos estratégicos elaborados.
Es evidente que -clasificado o no al TNA1- si se esperan metas superiores, hace falta mejorar el libreto y una aplicación del mismo a rajatabla.
Echagüe precisa cambiar, queda en manos de la dirigencia el saber cual y/o cuales es/son los fusibles para generar nueva iluminación en medio de una posibilidad concreta de padecer un apagón total.
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